Uncastillo

VILLA DE REALENGO

Su nombre conserva la huella que le supuso ser localidad fronteriza durante la Edad Media, ya que estaba ubicada entre los reinos cristianos del norte y el territorio musulmán. Un municipio que cuesta resumir en pocas palabras, ya que en él se pueden contemplar templos (siete, en concreto), un castillo, modernos museos de interpretación albergados en edificios históricos y palacios que aportan prestancia y nobleza a una de las localidades más bellas y turísticas de las Cinco Villas.

Situado a 115 kilómetros de Zaragoza, Uncastillo sorprende al visitante por su fisonomía, coronada por su castillo y palacio de Pedro IV, que emergen en lo alto de la Peña de Ayllón, desde el que parte, en graderío, todo el caserío.

Entremezclándose entre viviendas, calles y plazas, aparecen los restos de su judería, una de las más completas de su tiempo, con una espléndida sinagoga recuperada y visitable y con el encanto de sus calles judías, estrechas y solombrías, especialmente presentes en la zona de Barrionuevo.

En esta localidad se sabe de la existencia de una singular inscripción judía relativa a la tumba “del anciano, el justo y sabio rabí Meir”, hijo del “honorable rabí Ya´agob’, aunque esta inscripción no se conserva, sí que permanece viva la historia de los judíos de Uncastillo, que en el siglo XV eran una comunidad de unas 130 personas, muchos de ellos, dedicados a la zapatería y la sastrería.

También curioso en Uncastillo fue su sistema de Ordinaciones, las antiguas ordenanzas municipales, que se fijaban entre el gobierno del municipio y quien ostentaba el título de esta Villa, antaño, de realengo.

De estas conversaciones salían los cargos municipales (por insaculación), una cita que en esta localidad cincovillesa se celebraba siempre el 14 de agosto, víspera de la Virgen, aunque el cargo de Justicia y de Juez Ordinario –que ejercía su jurisdicción en Uncastillo, Layana y Malpica de Arba– se elegía el día de San Blas (a principios de febrero).

También se elegían con el mismo método el clavario o bolsero (encargado de las finanzas de la localidad), el almutafaz, que controlaba los pesos y medidas utilizados por los comerciantes, y el procurador, astricto, para procesos judiciales, y el llamado ‘de pobre y viudas’, cuya labor recuerda a los actuales abogados de oficio. Este sistema de elección comenzó a aplicarse en Uncastillo en el año 1445.

Otro poso de la historia local está presente en el yacimiento romano de Los Bañales de más de 20 hectáreas de superficie que conserva intactas sus termas (del s. I d. C.), su acueducto y otros espacios singulares, como domus y el foro.

Las sucesivas campañas de actuación, impulsadas por el Gobierno de Aragón, la Fundación Uncastillo y la Comarca de las Cinco Villas en este espacio están devolviendo la vida a la que, por su tamaño e importancia, fuera una de las ciudades más representativas de las Cinco Villas y hoy uno de los yacimientos más singulares del mundo romano en Aragón.

Los Bañales debió formar parte del territorio que los textos clásicos atribuyen a los Vascones, un pueblo que ocupó los territorios de la actual Navarra y las Cinco Villas de Aragón, hasta el río Gállego, que pertenecería a la jurisdicción de Caesaraugusta (Zaragoza), estando comunicado con ella a través de la vía que la une con Pompaelo, la actual Pamplona.

Hoy en día, Los Bañales se pueden descubrir a través de las numerosas campañas de dinamización, actividades y visitas guiadas que se llevan a cabo en el yacimiento, especialmente, en verano. En esta época, y también en otoño, está especialmente recomendaba la ruta senderista hasta la torre de Sibirana, un antiguo castillo del siglo XII, que destaca por su emplazamiento, erigido en lo alto de una roca, desafiando al monte y al caminante..

Web: www.uncastillo.es

Ruta 7: Uncastillo-Castiliscar


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